Cataluña se corta la coleta
A partir de los años 80, la afición fue disminuyendo paulatinamente por varios motivos. Por la calidad decreciente del ganado –la presentación de algunos astados ha sido y es vergonzante para quienes buscan un mínimo de pureza en la tauromaquia–, por la influencia de la política cercana a las posiciones independentistas –que siempre han visto en los toros el escaparate del averno español– y por la creciente sensibilidad animalista de una parte de la población que ve en los toros prácticas inadmisibles por su condición de espectáculo público, aunque no mete en el mismo saco de la defensa de la dignidad animal múltiples situaciones que se dan en la vida cotidiana, en la que los animales no reciben un trato de primera clase.
Aquest article és de xiste.
Ese cóctel ha impuesto una prohibición en una comunidad autónoma que sólo puede agarrarse al precedente de las islas Canarias.
Com es nota que té España al cap. Cadascú té els seus referents.
“A Barcelona le sobra catalanismo y le falta cosmopolitismo”, asegura Rosa Gil, propietaria de Casa Leopoldo, restaurante emblemático para la parroquia taurina de toda España
Per aquesta dona una Barcelona cosmopolita és una Barcelona española. Com a mínim l'expressió reconeix que Barcelona és catalana.
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