dijous, 29 de juliol del 2010

La sobreexcitación madrileña
Hay que vivir en Madrid los meses de julio y agosto para llegar a la conclusión de que con aire acondicionado, un cierto margen de libertad sexual y la posibilidad de insultar al prójimo en los foros de internet, España muy posiblemente se habría ahorrado el amargo trance de la Guerra Civil.