dissabte, 15 de gener del 2011

¡A por los catalanes!
El Estado de las autonomías –antaño glosado por populares y socialistas como garantía de igualdad (pronúnciese igualdaz) entre los españoles– deviene así el perfecto chivo expiatorio de la crisis. El café para todos, invento de Adolfo Suárez que catalanistas, vasquistas y galleguistas jamás pidieron y que el PSOE excitó desde Andalucía, es presentado como el brebaje tóxico que hoy está matando España.

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El dedo acusador señala a las 17 autonomías y se detiene especialmente en una. ¿Adivinan cuál? Sí señor: la única que hoy escapa al control de los dos grandes partidos. Alarmado por sus negras perspectivas, el PSOE ha decidido sumarse a la ceremonia expiatoria con un lenguaje sedoso. El caldero bulle. Las élites catalanas (Fainé, Rossell, Andic...) trabajan para sacar a España del atolladero y en el fondo de la olla hierven antiguos conjuros: “¡Ellos son los culpables!”.

Marxem, marxem d'España.